Tuesday, September 22, 2015

Vida Abundante


“Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia…”

¿Vida en abundancia? ¿Qué significa? A veces no entiendo…
Cansancio en abundancia, sí. Enfermedad y dolor en abundancia. Guerra y persecución en abundancia cuando veamos las noticias. Migración y discriminación en abundancia…

Dice Jesús que su yugo es ligero (Mat 11:28), pero lo podemos creer? Todos tenemos bastante trabajo por nuestro llamado a este ministerio más la labor en la iglesia, con la familia, en muchos áreas… Todo para cumplir con esta idea de vida abundante, ¿no?

Leamos Salmo 66:8-12…(RV1960) “pasamos por el fuego y el agua, y nos sacaste a abundancia.”
¿Cuántos de nosotros nos sentimos como pasamos por fuego y agua? ¿Por el caos – lo que representa agua para los hebreos -  y sufrimiento?

El año pasado como parte de los Caminantes, leí el libro de Joel Van Dyke que se llama Geografía de Gracia y me marcó la vida porque me hizo pensar en lo que es mi mentalidad acerca de la abundancia. Me di cuenta leyendo este capítulo del libro que aunque diga que creo la Biblia y confío en un Dios de abundancia, pocas veces vivo así. Hoy esta reflexión es así. Una reflexión. No es un paquete envuelto en papel bonito pero son pensamientos y preguntas acerca de la vida abundante.

Jesús también pasaba por pruebas. En capítulo 4 de Mateo, Jesús caminaba en el desierto ayunando por 40 días. 40 días que le recordaba de los 40 años de los israelitas, su pueblo, buscando la tierra prometida. Los israelitas, el pueblo escogido supuestamente, pero ahora en el tiempo de Jesús, están bajo del control del poder militar de Roma. Es un pueblo explotado, pobre, sufriendo… ¿Ellos son los escogidos?

Jesús mismo viene de una familia pobre, migrante. Él conoce el sufrimiento de su pueblo, de su propia vida y de su estómago vacío en este momento cuando Satanás le pregunta una cosa sencilla: “¿Por qué no conviertes las piedras a pan?” Lógico que el Hijo de Dios, supuestamente poderoso y bondadoso debe usar su poder no solo para aliviar su propio hambre pero de su gente también. Imagínense un desierto lleno de piedras, convertidas a pan – ¡nadie tendrá hambre jamás!

Piénsenlo… Es lo que nosotros soñamos, verdad? Usar nuestras dones para aliviar y resolver los problemas del mundo… de la nación… de la ciudad… de la comunidad… ¡por lo menos de nuestra familia o propia vida!
Geografía de Gracia nos recuerda que Jesús resistió la tentación a resolver sus propios problemas. Se dio cuenta que la abundancia de Dios no tiene sentido en nuestro mundo muchas veces. Él es el sembrador que lanza preciosa semilla en cualquier lugar. Él es el que cambia agua sucia en vino fino. El amor abundante de Dios nos invita a la mesa donde todos tenemos lugar. Podemos "re-imaginar la economía de Dios como una de descuidada abundancia." Cuando veamos toda la humanidad como a un amigo somos más generosos y las posibilidades de abundancia abundan. Quizá si Jesús hubiera cambiado las piedras a pan en ese momento estaríamos esclavos a milagros y nuestras propias soluciones a los problemas. Pero Jesús responde al tentador que vivimos de todo lo que sale de la boca de Dios (Mat 4:4). Jesús resiste al mito de la escasez y le ve a Dios como amigo confiable. Hay suficiente. !Hay suficiente!
Mary Jo Leddy escribe:
La economía del amor de Dios no está basada en una ley de escasez sino que está enraizada en el misterio de la superabundancia. La decisión personal o política de declarar que no hay suficiente es el inicio de crueldad, guerra y violencia social en una insignificante gran escala. Por el otro lado, la elección de afirmar que hay suficiente para todos es el inicio de comunidad, paz y justicia social. La opción de asumir que hay suficiente libera la imaginación para pensar en nuevas posibilidades políticas y económicas.
 Cuando confiamos que hay suficiente y Dios es capaz de darnos todo lo que necesitamos aun en abundancia, vivimos con amor. Con generosidad. Con paz. Confiamos que hay suficiente pan para todos si solo podemos ver y abrazar esta verdad.

==Ejercicio de pan: Todos reflexionamos en lo que significa vida abundante para cada uno de nosotros en silencio. Yo sé que el silencio nos cuesta pero ponemos lo que aprendemos en Faithwalking en práctica ahorita para reflexionar individualmente. Toman un pedazo de pan mientras piensan… (cada persona tomó un pedazo de pan de un pan grande, y al final sobró un tercero. Después repartí el mismo tamaño de pan pero ya cortado en pedazos y algunas personas casi no recibieron nada).


No sabía si este ejercicio iba a funcionar o no, pero parece que sí. Y no estoy diciendo que no tenemos que ser buenos mayordomos. Pero siempre hay una tensión en la vida, y hoy nos enfocamos en la abundancia. Cuando nosotros decidimos cuánto podemos dar, cuánto Dios puede dar, repartimos todo según nuestros cálculos y a veces ajuste. A veces falta y a veces sobra, pero no sabemos y nos afanamos por tener el control. Al otro lado, si confiamos que en Dios hay suficiente y lo dejamos a él repartir, sobra. ¡Sobra! Hay suficiente. Cuando yo vivo con mis manos cerradas y reparto todo a mi estimación, me preocupo siempre, pero cuando vivo con las manos abiertas y reparto liberamente, sobra.

¿Realmente lo creemos? Cambiemos nuestra mentalidad de escasez a una de abundancia. Digamos que creemos la Biblia. Creemos que Dios tiene el ganado de cien pastos, como dice Salmo 50:10. Creemos cuando Jesús nos reta en Lucas 6:38 diciendo: “Den y se les dará: se les echará en el regazo una llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque en la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.” Vivimos con abundancia, descansando y confiando en el Señor que hay suficiente. Suficiente dinero para el presupuesto… suficiente tiempo para el horario… suficiente gracia cuando tenemos que decir “no” y reconocer que alguien más tiene que reponer nuestro esfuerzo. Dice Juan 10:10 que el ladrón sólo viene para robar, matar y destruir… Buscando en el contexto lo que Jesús quiere decir con vida abundante, vemos el contraste. Jesús nos regala… no roba; nos resucita… no mata; nos edifica… no destruye. Tenemos vida abundante cuando le seguimos a él, nuestro buen pastor. Él es la puerta, las ovejas le reconocen su voz y le siguen. Esa es la vida en abundancia.

Cerramos con Salmo 145:14-21 (DHH)… Abre las manos. Sacia lo que necesitan los seres vivos. Cumple con los deseos del corazón. Vivamos con una mentalidad de la vida de abundancia.

[Esta es una reflexión que di en Centro Nehemías durante el tiempo devocional el lunes 21 de septiembre.]

4 comments:

  1. Wish I had been there to hear you... thanks for the reminder of the abundant sufficiency of our Father!

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    1. Hey, it's the Holy Spirit reminding me too :) Glad to serve

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  2. Wow! This is beautiful Adrianna! Thank you! I shared it with Mario! What a beautiful truth.

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    1. Thank you, Wendy! I'm glad it was edifying to you. I feel like I need Jesus to talk to me about these things more often, too. :)

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